¿Queremos ayudar al sector primario?
Desde el comienzo de nuestro proyecto, una de las premisas que teníamos claras era que nuestros helados tenían que servir de plataforma para dar a conocer a nuestros consumidores proyectos, personas y materias primas que bien eran de nueva creación o por contrario, el tiempo las estaba enterrando. Cada vez que tenemos una crisis, renace la cuestión de apoyar al sector primario y al pequeño productor, un discurso recurrente en el ámbito de la gastronomía, pero perpendicular a ese apoyo vemos un sector que cada vez se desangra más y de forma irremediable.
El haber nacido, crecido y desarrollado en una región de interior eminentemente agrícola, hace que esta realidad esté presente en el día a día y afecte a nuestra forma de relacionarnos con las materias primas. En nuestras frecuentes charlas con “las gentes” que trabajan la tierra, vemos que su salto al mundo digital, esta hiperconectividad que hace que ahora, usted me esté leyendo, se les antoja una verdadera barrera que se sienten incapaces de sortear. Si bien todos sabemos de su existencia y conocemos sus productos, a la par ellos son conscientes que si la población tuviese acceso de forma más directa a sus productos, se los comprarían sin objeción.
Este es el punto que quizás debemos analizar si les queremos ayudar, cómo deshacer ese nudo que impide que estén en nuestras despensas, y cómo generar plataformas en las que conectarnos de forma bidireccional, con un desarrollo de logísticas adecuadas a la situación real, una reutilización de ciertos espacios públicos y también nuevas formas de asociacionismo en las que la ética y el “win-win” sean condiciones sine qua non.
Todo esto anterior que a cualquiera de nosotros nos parece sencillo (y lo es), será parte necesaria de lo que necesitan para poder seguir desarrollando con dignidad e independencia su actividad. Estoy seguro que en cuanto estas condiciones existan, el consumidor no tendrá ningún reparo en apostar por sus productos si físicamente también tienen acceso a ellos.
Cada año en Conversaciones Heladas, están presentes en nuestro discurso. En la sexta edición de este encuentro, en mayo del 2017 y bajo la premisa “Identidad y Territorio” presentamos este trabajo en el que construíamos un nuevo sabor a partir de productos locales que son santo y seña de cada una de las zonas de la región. Una crema helada de “mole” riojano, homenaje a un conjunto de materias primas que no queremos que desaparezcan.
Ustedes, seguro que tendrán en sus corazones las suyas… ¿Les ayudamos?