Dar con la tecla
Vaya la que han liado “ los del campo “, la que están montando es tal, que los tractores no nos dejan ver el campo. A mi entender, el nudo gordiano de la situación no tiene nada que ver con ellos, ya que son rehenes de una situación pérfidamente trabada desde sofás y despachos.
Desde la complicidad de las administraciones supranacionales, se les ha ido conduciendo hacia un embudo de condiciones que bien corresponden a una sociedad desarrollada que vela por la salud de la población y bienvenido sea el control sobre el origen de los alimentos sobre los que se nutren los habitantes, condiciones que progresivamente han ido cumpliendo para poder estar presentes con sus productos en el mercado.
A la par, este supuesto blindaje y proteccionismo al consumidor europeo por parte de la euroadministración respecto a los alimentos que en la zona se cultivan, salta por los aires desde el momento que en los anaqueles de nuestras tiendas de alimentación esta cadena de protección ya no existe, y los alimentos producidos en la zona con las garantías cumplidas, comparten y compiten en las estanterías con los mismos géneros cultivados extrazona sin los controles que se obligan a los autóctonos, provocando una desigualdad de condiciones que hacen inviable el modelo que desde la misma Europa les exige.
Hasta el momento, la “solución” que la ley del mercado les ofrecía era ajustar los precios de venta en origen para ser “competitivos económicamente”. Ajustar hasta vender por debajo precio de producción, pero claro ahí es donde la administración debiera ser implacable y actuar, haciendo cumplir la ley de la cadena alimentaria, cosa que no hace, y en segundo lugar, al igual que interviene en la producción con ferreas normas, debiera intervenir en la distribución, gravando fuertemente o prohibiendo circular en la zona euro alimentos que no cumplan con la normativa que se exige a los autóctonos.
Si las políticas no debieran ser intervencionistas, que no lo sean, pero para ningún sector, y si lo son, que lo sean, pero para todos los sectores.
Mientras tanto, tampoco inventan nada nuevo en Bruselas cuando quieren que el campo se llene de aerotecnología y los garajes urbanos de huertos…
“Porque aquellos eran los gigantes, querido Sancho, y me daban miedo”.